Como mamá ocupada, sé que durante las semanas más agitadas del año, como las fiestas o los periodos de mucho trabajo, mantenerse activa puede sentirse como una tarea imposible. Entre cuidar a mi hija, mantener la casa en orden y gestionar mi blog, encontrar tiempo para mí parece un lujo. Pero también he aprendido que cuidar mi salud no tiene que ser complicado ni demandar horas que no tengo. Aquí te comparto cinco formas sencillas de mantenerte en movimiento sin sumar más estrés a tu rutina.
Aprovecha los momentos cortos
No necesitas una hora entera para hacer ejercicio; incluso 5 o 10 minutos pueden marcar la diferencia. Cuando esperas que se caliente el café, estás en una llamada o ayudas a tus hijos con la tarea, haz pequeños movimientos que sumen actividad.
- Ejemplo: Mientras esperas que el horno termine, haz 10 sentadillas o estiramientos suaves. También puedes caminar rápidamente dentro de casa mientras hablas por teléfono.
- Beneficio: Estas mini sesiones no solo te ayudan a moverte, sino que también despejan tu mente y te llenan de energía.
Otra forma de mantenerse activa en estos momentos cortos es aprovechar los descansos entre tareas. Si trabajas desde casa, haz una pausa activa cada hora, levantándote y caminando por la casa. Esto mejora tu circulación y evita la tensión muscular. Si tienes hijos pequeños, puedes jugar a “caminar como un cangrejo” o “correr en el lugar” con ellos. Convertirlo en un juego hará que estos momentos sean más divertidos y fáciles de incorporar.
Además, actividades como realizar estiramientos de espalda, mover los hombros en círculos o hacer ejercicios de respiración profunda pueden ayudarte a relajarte mientras activas tu cuerpo. La clave está en incorporar movimientos simples que no interfieran con tus responsabilidades.
Convierte las tareas cotidianas en ejercicio
Las actividades de todos los días pueden ser oportunidades para moverte más. Transformar tu rutina de limpieza o las compras en ejercicio puede ser divertido y productivo.
- Propuesta: Póntelo fácil: limpia tu casa al ritmo de tu música favorita moviéndote con energía, sube las escaleras dos veces en lugar de una o camina rápido por el supermercado.
- Consejo extra: Usa un reloj o una aplicación para medir tus pasos; ver tus progresos te motivará.
Incorporar ejercicio a las tareas diarias también puede incluir jugar con tus hijos. Por ejemplo, organiza una “competencia de limpieza” donde todos hagan sus tareas mientras se mueven rápido. Esto te permite mantenerte activa mientras cumples con tus responsabilidades.
Además, puedes usar los descansos entre actividades para trabajar partes específicas del cuerpo. Por ejemplo, mientras lavas los platos, haz levantamientos de pantorrillas o realiza giros de torso para fortalecer tu abdomen. Estos pequeños cambios transforman las tareas diarias en oportunidades para mejorar tu forma física.
Usa la ley del “todo suma” para mantenerse activa
El ejercicio no tiene que ser perfecto ni hacerse de una sola vez. Cada pequeño movimiento que hagas durante el día cuenta.
- Ideas prácticas:
- Aparca tu carro un poco más lejos para caminar más.
- Usa las escaleras en lugar del ascensor.
- Si tomas transporte público, baja una parada antes de tu destino y camina el resto.
- Resultado: Al final del día, esos pequeños esfuerzos suman más de lo que imaginas.
Otra manera de aplicar esta ley es caminar mientras haces llamadas telefónicas. Este sencillo hábito no solo te mantiene activa, sino que también te ayuda a concentrarte mejor. Además, si tienes que esperar en la fila del supermercado o en una cita médica, intenta moverte un poco: estírate discretamente o haz pequeños pasos en el lugar. No subestimes el impacto de estos movimientos pequeños pero constantes.
Incluso tareas simples como tender la ropa o barrer pueden convertirse en ejercicios funcionales si las realizas con intención. Por ejemplo, al levantar la ropa para colgarla, mantén una postura erguida y contrae tu abdomen. Estos ajustes mejoran tu postura y te mantienen en movimiento durante todo el día.

Hazlo divertido e involucra a la familia
No tienes que ejercitarte sola; puedes involucrar a tus seres queridos y transformar la actividad física en un momento para compartir.
- Ejemplo: Organiza una sesión de baile con tus hijos, salgan juntos a caminar al aire libre o inventen un juego activo en casa.
- Enfoque: Moverte con ellos no solo es divertido, sino que también les enseña la importancia de cuidar el cuerpo de una manera positiva.
Otra opción es planificar actividades familiares al aire libre como caminatas en el parque, paseos en bicicleta o juegos como el escondite. Estas actividades no solo te ayudan a mantenerte activa, sino que también fortalecen los lazos familiares.
Además, puedes integrar desafíos en familia, como ver quién da más pasos en un día usando un contador de pasos. También es útil organizar mini competencias de salto, carreras cortas o yoga familiar. La clave es que todos disfruten mientras se mueven, creando recuerdos valiosos juntos.
Si tienes mascotas, incluirlas en tus actividades físicas puede ser una excelente manera de ejercitarte. Llevar al perro a pasear o jugar a lanzar la pelota no solo es una forma de mantenerse activa, sino que también fortalece la relación con tu mascota.
Prioriza sesiones de ejercicio cortas y efectivas
Si tienes 10 o 15 minutos libres, aprovéchalos para hacer ejercicios que trabajen todo el cuerpo. Hoy en día, hay muchísimos recursos gratuitos online que ofrecen rutinas rápidas y efectivas.
- Propuesta: Prueba entrenamientos de alta intensidad (HIIT), yoga o pilates. Incluso puedes encontrar videos específicos para mamás ocupadas que no requieren equipo especial.
- Consejo práctico: Hazlo a primera hora de la mañana o justo antes de dormir, cuando es más probable que puedas enfocarte sin interrupciones.
Si prefieres algo menos intenso, considera hacer ejercicios de estiramiento o meditar para relajar el cuerpo y la mente. Esto también cuenta como movimiento y te ayuda a reducir el estrés. Otra estrategia es tener un pequeño rincón de ejercicios en casa con una colchoneta, una cuerda para saltar o pesas ligeras. Esto facilita que aproveches cualquier momento libre para moverte.
Además, puedes probar series de ejercicios básicos como abdominales, planchas o saltos. Si necesitas motivación, descarga una aplicación con recordatorios y rutinas personalizadas.
Si dispones de más tiempo, considera salir a caminar al aire libre. Incluso una caminata de 20 minutos puede mejorar tu estado de ánimo, darte un momento de tranquilidad y mantenerte activa. No olvides llevar agua y usar ropa cómoda para aprovechar al máximo tu tiempo.
Mantenerse activa durante una semana ocupada no tiene que ser complicado ni abrumador. Con pequeños ajustes en tu rutina diaria, puedes cuidar de tu cuerpo y mente sin sacrificar tiempo valioso con tu familia o tus responsabilidades. Recuerda, cada movimiento cuenta.
Y tú, cuál de estas estrategias probarás esta semana? Comparte tu experiencia en los comentarios y sigamos apoyándonos para mantenernos en movimiento, incluso en las semanas más ocupadas del año.
Para más consejos sobre cómo mantenerte activa y cuidar de tu salud mientras disfrutas de la vida en familia, sigue leyendo más entradas en nuestro blog. Juntas podemos lograr un equilibrio saludable en nuestras vidas.